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martes, 23 de marzo de 2010

AIDO (El Zarzuelo de la Miembra)

Enviado a las 12/06/2008 00:07:26
AIDO (El Zarzuelo de la Miembra)
“AÍDO”
¡Primicia! Para deleite de los lectores de Libertad Digital, presentamos unos fragmentos de un zarzuelo u opereto desconocido, descubierta por Don Benigno en el Archivo de Simancas. He aquí el texto, trascrito por Perezafras.

“AÍDO”
Zarzuelo
de Giuseppe Verdo
y los maestros Chapí y Chapó

CUADRO I
Entran el Padre Atilano y Anacleto.
PADRE ATILANO: Por las escaleras baja el Padre Juan, pidiendo limosna a lo militar… ¡Agáchate, Pedro! ¡Agáchate, Juan!
ANACLETO: Oooh, Padre Atilano… A su reverencia, le beso la mano.
P. ATILANO: Te veo intranquilo, mi pupilo; estás algo inquieto, Anacleto.
ANACLETO: Me da mucho que pensar el hermano Rafael… Porque dice que la “Aído” va cambiando “la” por “él”. Ahora dice “miembra”, en lugar de “miembro”. Luego dirá “cuerna”, en lugar de “cuerno”…
P. ATILANO: ¡No te inquietes, amigo Anacleto! Eso es muy normal. Hoy las ciencias adelantan, ¡que es una barbaridad! La mujer ahora es muy liberal, y dice esas cosas para impresionar.
ANACLETO: Mujeres, mariposillas locas que jugáis con los quereres, y vais de flor en flor. ¡Mujeres! Tiranas de la vida, muñecas del amor, de ese bendito amor que es vida…
 CUADRO II
Entra Bibiano Aído.
P. ATILANO: (A Anacleto) Calla, Anacleto, que ha entrado Bibiano, y no sabe uno si llamarla hermana o llamarlo hermano. Porque este Bibiano es un poco raro, y no sabe uno si es carne o pescado…
ANACLETO: No, no más tormento, Bibiano. Habla con sinceridad. Usa el femenino, usa el masculino, pero habla ya. Bibiano, no más tormento. ¡Torna a Sorrento!
BIBIANO: Diré lo que quiera, que es mi libertad. Yo seré la “miembra” más culta y perfecta de la comunidad. Diré “presidenta” y diré “fiscala”, diré “jueza” y “generala”, ¡con rotundidad!
P. ATILANO: Ya te dije que hoy las ciencias adelantan…
ANACLETO: ¡Que es una barbaridad!
BIBIANO: Llegaré a “alcalda” cuando Gallardón vaya a la Olimpiada. Seré “emperadora” cuando Zapatero me deje su puesto. Pues todos los hombres sois unos machistas, bestias y degenerados. Vuestro hablar, absurdo, a fuerza de macho.
ANACLETO: No nos digas eso, Bibiano. Tú eras femenina…
BIBIANO: ¡Y una “comina”!
ANACLETO: No puedo creerlo. Bibiano está loco. Rafael no me mintió: ahora pone con la “a” lo que era “o”.
BIBIANO: Cállate la boca. Aquí la que sabe sobre el “Academio”, ésa soy yo.
ANACLETO: ¡Ay, Bibiano, Bibiano, Bibiano, no metas más la mano en nuestra lengua, no! Por tanto meter mano, meterás bien la pata.
P. ANACLETO: ¡Quién iba a decirnos que este año la siembra, en lugar de coles, iba a darnos “miembra”!  

En este punto de la obra entran tres mil segadores y cantan los coros de NABUcco, que es la Ópera de Giuseppe Verdo con más “miembros” y “miembras”.

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