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martes, 12 de enero de 2010

DIA DE LA 'MUJER LIBERADORA' (por Carolina Coronada)

Enviado a las 08/03/2008 15:08:36

DÍA DE LA ‘MUJER LIBERADORA’
O más y más aventurillas
De cuatro años
De ‘Cejislatura’

Por Carolina Coronada,
Poeta

Pequeño homenaje
A D. Isaías Carrasco
(DEP),
A su esposa e hijos,
Con el recuerdo
De los Amigos de la Libertad

Es mejor que a estos cuatro años, si os parece, colegas de los blogs de Libertad Digital, los llamemos LA CEJISLATURA, porque ha sido la legislatura de las cejas juntas y disjuntas. Todos, unos por otros, han dejado nuestra casa sin barrer.
Para usar la lengua de Cervantes, me gustaría empezar diciendo que la Pastora Marcela es el modelo de esposa que todo marido quisiera, pero una, que es muy suya, ha descubierto la perversión que reina estos días, descubrimiento que equivale al del Mediterráneo o el de la cultura bizantina, ¿verdad, don Amando De Miguel? Es la perversión del lenguaje que, mal usado, nos vuelve a todos un poco pervers@s. ¡Aaagh…! Cultura posmoderna, ¡qué vetusta te encuentro!
Lo cierto es que la mujer ha liberado al hombre de muchas de sus cadenas, que en mi casa gobierno yo, trabajamos mi marido y una, y él tira la basura, que es lo mínimo…
¡Reconocer el papel de la mujer en las sociedades actuales es tan obvio como idiota! No, no, yo no soy feminista radical, ni ultramarxista liberada, ni rancia española de mantilla y seguidilla, ni machista de bota alta y mente estrecha. No, yo soy una mujer trabajadora.
Pero es que mi pobre marido, harto de hacer de Falstaff en comedias tontas, de ser el hipócrita en la fiesta de Las Preciosas Ridículas, me ha dicho, muy clarito: “Tú, serrana mía, que eres jueza de mis actos, portavoza de mi alma, fiscala de mis malos actos y procuradora del bien propio y del ajeno, tú, mi querida esposa, no me tengas por artisto, ni poeto, ni comicanto, porque sé que las mujeres sois la flor del mundo, pero ¡no me seas posmoderna, co…!”


Se habrá quedado satisfecho, este infiel marido mío, este quejumbroso tonticuerdo, pero a mí, a mí me ha emocionado. Por decirme La Verdad (de Murcia), por quererme. Por eso, yo le he liberado, pero él hoy –según dice, no sé si creerlo- quiere hacerme un regalo: no ser mi criado, ni mi siervo, ni mi amo. Él hoy quisiera convertirme en ‘la mujer descansadora’, pero ¡quiá!, ya le daré yo ‘pa’l pelo’, que no sabe cómo nos las gastamos las agustinas, las marianelas, las manolas, las fortunatas y las bovarinas.

Adiós, marido, te dejo…

¡Tontaína, tonto, retroprogre, posmoderno!

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