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martes, 12 de enero de 2010

UNA MUJER SE ACERCA

Enviado a las 15/03/2008 23:41:01




UNA MUJER SE ACERCA

Una mujer se acerca y me pide un vaso de agua.
Estábamos en el puerto de Nantucket.
Es un sitio estupendo y maravilloso,
igual que Zaragoza. Departíamos sobre la vida,
en días de vino y rosas.
Un hombre, llamado Poe, pasó y escribió
algo en un papel.
Al principio creímos que era de la policía,
pero no, era el famoso
escritor americano, ése que escribió tantos escritos
matemáticos, analíticos
y sobre problemas de ajedrez.
Yo leía un libro de Alfonso X. La mujer
miró a Poe pero me dio a mí un precioso, enorme
 y acariciador beso.
Un beso que me volvió loco de amor.
Divina en ese beso, te adoro, Dánae
o Diana o Dorotea. Nunca olvidaré
aquel beso. En la soledad
de mis sábanas vacías, en las esquinas
de mi ciudad, en las farolas de Londres
o de Antuerpia, en Mastrique o Zurich, en todas partes
te busco y te encuentro, desolación de la casa de Usher,
 de mis días y mis noches: mi divina diosa de la Sonrisa.
Pero Poe siguió escribiendo, yo seguí navegando
 y vinieron muchos siglos,
muchas épocas y muchos cielos
y muchas tierras…
Pero eso me lo contó la pipa,
no la de Kif, no la del Capitán Kidd,
sino de Rudyard Kipling, o la de Cervantes,
o la de Francis
Drake,
o la de
Philip
Marlowe.

Splinter van Hargen

(Traducido por D. Góis,
Editado por E. Schets y
Basado en una comedia de
Fernando de Rojas)

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