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lunes, 2 de abril de 2012

VACACIONES EN EL MAL (II)

Enviado a las 18/09/2010 13:16:13
VACACIONES EN EL MAL (II)
VACACIONES EN EL MAL
(Segunda parte)
III
El “Golden Paradise” era un crucerazo de lujo por los mares del Caribe con destino a Acapulco. Allí se embarcaban los ricachos de turno (los hombres 'goldos' de la Visa Golden), parejillas de recién casados y algunos galanes viejos (y viejos verdes), con el deseo de ligarse a un penúltimo amor otoñal.
Maxwell Smart, superagente 86, y su amiga y compañera de fatigas, la 99, llegaron esa noche al puerto de Guachintón para embarcar en el “Golden Paradie”.
-Mira, 99, ¡allá está el profesor McPherson!
-¿Estás seguro, Max?
-Seguro, seguro: recuerda mi superhabilidad con imágenes fotográficas. Ese hombre es clavado a la foto que nos enseñó el Jefe esta tarde. Hay que vigilarlo sin que él se dé cuenta.
-Dame un beso, Max.
Max puso cara de sorpresa y aturullo.
-¿Estás loca? ¿Por qué me pides eso, 99?
-Tenemos que fingir que somos recién casados, Max...
-Sí, pero no tanto. También hay diferencias en la pareja.
-¿Ya, tan pronto? Oh, Max, si es solo un besito.
-Guárdalo para cuando McPherson nos mire receloso.
Mientras ellos discutían, dos hombres seguían de cerca a McPherson. Uno era muy gordo, con barba de oso pardo, y gafotas de trotskista iluminado. El otro, bajito, con bigotito y aspecto insignificante, le secundaba en todo.
-Mira, Toxinski, ¡allí está el profesor McPherson!
-¿Estás seguro de que es él, Candidov?
-Seguro, camarada: sabes que tengo un cerebro privilegiado para las imágenes fotográficas. Ese hombre es igual a la foto que nos mostró el Jefe de KAOS ayer. Vigilémoslo de cerca sin que él se dé cuenta. Tenemos que secuestrarlo.
-Dame un beso, Candidov.
El llamado Candidov, alias el “Oso huelguista”, puso cara de sorpresa y embarazo.
-¿Estás loco, Toxinski? ¿Por qué me pides eso?
-¿No habíamos quedado en hacernos pasar por pareja gay?
-Sí, pero sin mariconadas, que se te ve el plumero, Toxinski. Además, este crucero no es del orgullo gay.
-Anda, Candidov, si es solo un besito.
Pero en lugar del besito, Candidov le arreó a su camarada una sonora bofetada, a la que siguió el estruendo de la sirena del barco, como última llamada para embarcar.
IV
El profesor Ruperto McPherson bajó a cenar pronto: era el típico hombre de ciencia, con el pelo revuelto, gafas de pasta, bigote internacional y masticador de chicle. El capitán Stupid salió a recibirle, halagándole por haber elegido su barco como destino de vacaciones. Sentó a McPherson a su lado y empezó la cena, compuesta por quisquillas al vapor, langostinos de las rías intermedias y sobrasada de Majórica, regado todo ello con cava francés del Rosellón.
Max y 99 se sentaron lo más cerca que pudieron de la 'mesa del capitán'. Si se levantaban, casi podían ver el pelo revuelto de McPherson, usando prismáticos, claro, porque estaban a más de 500 metros de su mesa. Es que el salón imperial del barco era enorme, enormísimo. Era tan grande que incluso cabía hasta el Orfeón Doña Ostiarra, que amenizó la cena con algunos zorcicos extremeños.
-¿Ves a McPherson, 99? No veo nada con estos "vinoculares"...
-Si les quitaras la TAPA a los PRISMÁTICOS, Max...
-Ah, sí. Ahora le veo. Oh, 99, un tipo gordo se está acercando a él. Le ha tirado una copa de vino. Vaya, con lo caro que es ese clarete de la Mancha. Se disculpa, le ruega que se levante y... ¡se van juntos! Creo que el gordo quiere limpiarle el traje al profesor. ¡Qué amable por su parte!
-Max, ¿pero es que no te das cuenta?
-Claro que sí. La educación es lo primero, 99.
-¡Ese gordo es Candidov! ¡Van a raptar a McPherson!
-No lo creo, 99. Eres muy alarmista. Aún los veo. El gordoncho se lleva al profesor aparte, a un rincón del salón, que está vacío de gente. Qué majo: le está planchando el traje.
-Ah, entonces tal vez tengas razón, Max... -sollozó 99.
-Pues no, me equivoqué esta vez. Tú tenías razón. ¡Ahora le está planchando la cara! ¡Vaya directo! ¡Y otro gancho! Mira, 99, mira: ¡eso es boxear!
Mientras 99 se desesperaba, Candidov agarró el cuerpo del profesor, que ya estaba inconsciente por la tunda recibida, y llamó discretamente a Toxinski. Cuando un camarero se les aproximó, ambos argumentaron que debían acompañar a su amigo a su camarote, porque estaba algo beodo.
Max y la 99 salieron escopetados tras de los dos pérfidos agentes de KAOS, pero en ese momento había comenzado el baile en honor al capitán Stupid. Entre el alboroto de gente les costó un mundo llegar hasta donde vieron a los malvados llevándose al profesor. Cuando llegaron, hacia media hora que habían desaparecido.
-Oh, Max, hemos sido muy torpes. ¿Ahora cómo vamos a dar con el profesor y sus raptores? Este barco es enorme...
-Es lo que yo digo, 99. Y lo peor de estos cruceros son los bailes. ¡Me han pisado los pies treinta y siete veces!
[CONTINUARÁ...]

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